La Sima de San Pedro está situada en la Sierra de Arcos. Tradicionalmente fue considerada como un lugar mágico por los habitantes de la zona. Las razones las podemos encontrar en la propia forma física de la sima, por lo oculto.
La boca tiene 95 metros de diámetro y una profundidad de 108, cuyo fondo está parcialmente ocupado por un lago de cerca de 4000 m2. de extensión, que permite la convivencia de especies animales muy distintas.
El origen de la sima se debe a una dolina (cueva subterránea) que sufrió un proceso erosivo ascendente, por lo que su techo se derrumbó. Los materiales que allí se observan son las calizas del jurásico recubiertas por margas arcillosas. (www.redaragon.com)
Vale la pena acercarse a verla, el entorno es muy peculiar y a unos metros es posible recorrer un barranco en el que abundan los fósiles.
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