Me despertó el ruido. Una explosión que hizo temblar los cristales. Yo entonces vivía en la urbanización de Balsas de Ebro Viejo. Me vestí y salí corriendo, literalmente. Atravesé el parque del Tío Jorge. Llovía y se oía a lo lejos el ruido de las sirenas. Crucé el puente de Santiago, rodeé la iglesia de San Juan de los Paneles y encontré la tremenda escena. Hice unas fotos. Hoy hace treinta años.
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