Casi nadie se acuerda ya, pero en los años 70 y 80 habia una especie de mini zoo en el parque Bruil de Zaragoza. Varias jaulas que contenian una pareja de osos, varios monos y algunas aves.
A mediados de los 80 solo quedaba la osa de nombre Nicolasa, tuerta a causa del perdigonazo que algún desaprensivo le había dado en un ojo, y en un estado terrible de abandono y suciedad. Se inició una campaña en defensa del oso promovida por ADPCA (ver fotografías) y al final la osa desapareció y la instalación fué desmantelada.... he intentado averiguar más acerca del fin de este animal pero hasta ahora no he tenido más información.
7 comentarios:
Maravilloso... recuerdo a aquella penosica osa, no sabía lo del hijoputa del perdigón, me imagino que sería el mismo que se cargo los cines del Parque Grande, valiente cabrón. Tampoco recordaba lo de los monos... que fuerte.... pobre bicho. Fantástico documento Dani, no pares haz el favor....
Recuerdo que era un crio como el de la foto y me producía la misma cara de incredulidad ante
la estupidez humana. La osa recorría la jaula de un lado a otro como viviendo una pesadilla.
En aquellos tiempos el juguete preferido de los adolescentes tras pasar por el xcalextrix y
el cinexin era la escopeta de perdigones y los petardos. Por todo Zaragoza había bandas de
adolescentes en busca de Gorriones, Palomas, Gatos y Perros abandonados... Socialmente eran
crios divirtiéndose...
Por aquellos tiempos yo tendría unos 10 años... Recuerdo que uno de mis pasatiempos
favoritos del Domingo era irme con un vecino a visitar el "zoo" del parque Bruil. Nos
situábamos a una distancia prudencial de la jaula de los monos y esperábamos a que se
concentrara la gente que salía de misa de las 12.
Un día en primera fila se situó la típica familia perfecta de la época, el papá con aspecto
intachable; mirada altiva, gabardina, pelo engominado y gafas oscuras... la mamá y el niño
vestidos impecablemente de misa de Domingo... El papá permanecía en silencio como cumpliendo
un protocolo familiar estúpido. La mamá atendía al niño (como era su obligación de acuerdo
a la moralidad de la época) y le decía:
- !Miraaaa.. el Monitoooo...
El niño miraba a la mamá y al Mono con los ojos abiertos como si se tratase de un personaje
de dibujos animados.
El Mono, ante el aumento de gente, tambien veía aumentada la probabilidad de agresión con
perdigones o petardos... Lo cual le producía una situación de stress ante la que tenía dos
respuestas: Enfurecerse (Un inutil gasto de energía) o, ¡recurruir al onanismo!...
-¡Uyyy no mires.... decía la mamá tapándole los ojos al niño...
El papá, de aspecto y moralidad intachable reaccionó rápidamente sacando una pistola de la
gabardina y apuntando al Mono...
- ¡Mecaguen el puto Mono dejenerado! ¡Yo lo mato!
- ¡Paco, Noooo! gritaba la mamá sujetando el brazo del marido con una mano y la cara del
niño con otra... ¡Vámonoooos!...¡Niñooo no mireeesss!.
El Mono, al comprobar que si, que efectibamente la posibilidad de agresión era inminente, no
hizo más que acelerar la velocidad de reacción. Cuantos más gritos y desconcierto más
velocidad... y a más velocidad... eyaculó ante la mirada desencajada del fascista Paco..
La gente concentrada se dividió en tres bandos: los que aprobaban la reacción del tal Paco
portador de valores eternos, los que no se atrevían a reaccionar y se quedaron a la espera
de acontecimientos y los que (como mi vecino y yo) se retiraron para escojonarse a una
distancia prudencial.
El asunto termino con el tal Paco retirándose y profiriendo gritos de: ¡Ahora mismos voy al
cuartel de la Guardia Civil!. ¡Esto lo tiene que saber el Governador! ¡Hay que matar al mono
ese dejenerado inmediatamente!. ¡Si no lo matan las autoriadades lo mato Yo!.
Pasado el rato volvimos a la jaula del Mono... Permanecía quieto mirándonos a los ojos. Pero
esta vez no percibía ninguna amenaza.. El desahogo le produjo un estado mental de rendición.
Además, también existía una cierta conexión entre el Mono y nosotros, que lo contemplábamos
con la misma cara con el que mira el niño de la foto a la cámara...Algo en nuestro interior
nos decía que esto era injusto e inhumano, que es cruel, que no somos seres racionales...
lo recuerdo como si fuera ahora mismo...y akel oso me daba mucha pena...gratos recuerdos de mi infancia vienen a mi memoria,cuando pienso en lo ke era el parke bruil
Recuerdo la osa, la última en marchar y también a un león muchoa antes. Esto sería en los setenta supongo.
La llevaron a una reserva, a los pocos años murió
La llevaron a una reserva, a los pocos años murió
Vivía yo junto al Parque Bruil y era un entretenimiento ir a ver los animales. Aunque era crío de 10 o 12 años ya daba lástima ver enjaulados los osos en lugar tan pequeño y se les veía como locos dar vueltas girando la cabeza sin cesar. Me pregunto a quién se le ocurriría poner en esa situación a los animales y expuestos a degenerados como en qué dejó huerta a la osa. Fue un alivio acabar con esa absurda crueldad.
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